
Vivimos en las UCIs de la Comunidad Valenciana con una presión asistencial sin precedentes, (como en toda España) sin personal o con personal “nuevo” en el mejor de los casos. Los pobres compañeros no tienen culpa, no han recibido formación adecuada, algo que recuerda a tiempos muy lejanos, los mandan de otros servicios, o son nuevos recién terminada la carrera de enfermería, lo pasan fatal y nadie se merece tener esa angustia durante turnos interminables, esta situación recae sobre todos los que trabajamos en las UCIs y principalmente en ellos mismos, generando una gran ansiedad.
No obstante, el aumento de pacientes críticos actualmente está por encima del 100%, sumado a la falta de personal en toda la Comunidad hace imposible unos cuidados de calidad y cumplir unas ratios que den seguridad al paciente. Este es el resultado de una mala gestión durante muchos años anteriores, donde no se ha implementado la enfermería necesaria para cumplir ratios «parecidos» a los países de la Unión Europea.

Por otro lado, las especialidades de enfermería son necesarias, muy necesarias, se podría empezar por lo más urgente ahora mismo, paciente crítico, urgencias hospitalarias y extrahospitalarias, para en poder, continuar con el desarrollo de todas las demás, esto es fundamental en el siglo XXI, enfermeras especialistas en su campo de cuidados.
En situaciones como esta en la que vivimos hoy en día nos damos cuenta de que no todos estamos preparados para hacer frente a cuidados muy especializados sin una formación y experiencia previa (yo el primero, si por necesidad del servicio me bajan un día a quirófano y estoy meses allí, estaría dando vueltas hasta que te “autoformas” a base de «ensayo y error» aportando muy poco) esto no puede continuar así, este sistema es muy precario y peligroso.

En otro orden de cosas, las bolsas de enfermería. ¿Por qué la Comunidad Valenciana no adapta su bolsa de trabajadores de enfermería a otros modelos diferentes con mejores condiciones? Como ejemplo, véase la de Castilla la Mancha, por citar una, con sus cosas buenas y no tan buenas, lo bareman todo, formación, experiencia, desarrolla profesional, tienen en cuenta en qué te quieres desarrollar como profesional, etc. Dejando al trabajador que se inscriba en las especialidades que le apasionan y en las que se ha formado para ello (gastando mucho dinero para ser experto en ese tipo de cuidados que el profesional quiere ejercer), permitiendo a su vez apuntarse en los hospitales y servicios que considere el trabajador.

Necesitamos sentirnos y ser profesionales que amamos nuestra profesión, y no ser un número más en un hospital al que mueven de un lado para otro sin tener en cuenta nada, solo cubrir un hueco para que el trabajo en mejor o peor medida quede “resuelto”. Trabajamos cuidando personas, que esto no se olvide.

P.D: estas situaciones hacen que el profesional de enfermería esté perdiendo en muchos casos el amor y la ilusión por la enfermería.
Atte: Antonio Peña Cortés.




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